Psicologa Azucena Aja.
Un Modelo de Funcionamiento Psicológico Distinto
En
este artículo del Psicólogo Juan Manuel Sangüesa, miembro de la
Association for Contextual Behavioral Science (ACBS) se exponen los
principales componentes de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT).
La propuesta de esta terapia es la aceptación de la experiencia privada
(pensamientos, recuerdos, emociones, sentimientos, sensaciones
desagradables) que tiene relación con el camino que la persona elige.
Por decirlo en términos menos técnicos me viene a la cabeza una
conversación con un amigo que ha elegido su camino en el mundo de la
música. Hace un tiempo me contaba de sus dificultades para llegar a fin
de mes y las pocas posibilidades que tenía de hacer planes más o menos
seguros principalmente en el aspecto económico. Mi amigo tenía claro los
principios de la ACT. Sabía que eligiendo este camino tenía que
aprender a convivir con la incertidumbre y la ansiedad que tal estado
genera. No podía aspirar a tener un sueldo fijo a fin de mes o la
seguridad que proporciona un trabajo estable. Sin embargo, era dueño de
su tiempo y a menudo disfrutaba de largos paseos por la playa cualquier
día en medio de la semana, cuando se subía al escenario recibía un chute
de adrenalina y sentía el placer de miles de endorfinas recorriendo su
cuerpo. Otras veces cuando se metía a componer una canción experimentaba
esa sensación maravillosa de fluir del tiempo.
No se puede tener
todo dirían nuestras abuelas y es cierto, eso sí, es posible tener lo
que a uno le importa siempre que estemos dispuestos a llevar la cara
buena y no tan buena de lo que supone.
¿Cómo está tu flexibilidad psicológica?
En
el campo de la salud mental existe una idea, una premisa básica, una
visión que está muy difundida y que de tan asumida por todo el mundo ni
siquiera se hace explícita.
¿Te has fijado en las expresiones “tratamiento psicológico”, “trastorno mental”, “psicopatología”, “psicodiagnóstico”, etc…?
Si
alguna vez te has sentido angustiado/a o deprimido/a o muy preocupado/a
y ansioso/a, es muy posible que te hayas preguntado si a lo mejor
“tienes algo”, algo que está mal en tu interior, algo que no funciona
bien en tu cerebro o en tu mente.
Esto no es para nada raro, de
hecho es una experiencia muy común para todos los occidentales, ya que
estamos insertos en una cultura que concibe la salud mental dentro del
llamado “modelo médico”.
El Modelo Médico
Las
premisas del modelo médico son muy simples: tal como en la enfermedad
orgánica, en que las causas suelen ser alteraciones en el funcionamiento
biológico normal del organismo, se asume que los llamados “trastornos
mentales” deben ser también el resultado de alteraciones o anormalidades
psicológicas (con causas biológicas localizables en el cerebro o bien
psicológicas en ciertos procesos mentales).
Desde este punto de
vista, el estado psicológico natural de los seres humanos es el
bienestar, la felicidad y la ausencia de sufrimiento emocional. En
cambio, la presencia de angustia o inestabilidad emocional o cualquier
otro estado negativo de la mente, indicaría una alteración o trastorno,
que a su vez requeriría de tratamiento para el restablecimiento de la
normalidad.
El modelo ACT de flexibilidad psicológica es una alternativa radical frente a este paradigma.
Un modelo unificado de funcionamiento psicológico humano
La
comunidad científica de ACT ha desarrollado un modelo de funcionamiento
psicológico humano, basado en evidencias empíricas, que incluye tanto a
la adaptabilidad (salud mental) como a los llamados “trastornos
mentales”, a lo largo de un continuo (modelo dimensional), en que las
personas pueden estar ubicadas en distintos puntos dependiendo de
diversos factores.
A diferencia de los modelos tradicionales del
campo de la salud mental, que conciben los “trastornos mentales” como si
fueran un estado anormal de la mente, que requiere de un “tratamiento”
para volver a la normalidad (modelo médico), el modelo de flexibilidad
psicológica plantea que los procesos que dan lugar al sufrimiento humano
se esconden en el funcionamiento normal de lo que conocemos como mente y
lenguaje.
De hecho, en ACT se asume que los procesos psicológicos
normales, que definen a la mente humana, pueden tornarse destructivos
y, tarde o temprano, producirán sufrimiento psicológico a cada uno de
nosotros.
Flexibilidad vs Rigidez
Así,
el equilibrio emocional, la vitalidad y el sentido de propósito en la
vida (lo que tradicionalmente sería considerado “salud mental”),
corresponden, desde esta perspectiva a un cierto grado de flexibilidad
en los siguientes procesos:
- Aceptación: La
disposición psicológica a acoger y recibir todo lo que va surgiendo en
la experiencia momento a momento, incluyendo pensamientos, recuerdos,
emociones, sentimientos y sensaciones corporales. En el polo opuesto de
esta dimensión se encuentra la evitación experiencial,
que consiste en los esfuerzos por controlar, rechazar y suprimir
determinados elementos de la propia experiencia (“no debo sentir
miedo”).
- Desfusión Cognitiva: Consiste
en la habilidad de reconocer el flujo continuo de imágenes y
pensamientos que atraviesan la mente, y poder así distinguir entre estos
elementos y la realidad sensorial. En el extremo de la inflexibilidad,
la Fusión Cognitiva implica ver la realidad a través del lente de los pensamientos y creer en lo que éstos dicen en forma literal.
- Atención flexible al momento presente:
Es la capacidad de dirigir la atención voluntariamente al aquí y ahora,
a lo que está sucediendo, tanto en el mundo externo como interno, con
flexibilidad y determinación. En cambio, la rigidez atencional
nos puede dejar atrapados/as en el pasado o el futuro, generando
culpas, remordimientos o temor y preocupación, y privándonos de la
oportunidad de interactuar de forma efectiva con nuestro ambiente
inmediato.
- Sentido de trascendencia
(self as context): Este proceso es difícil de describir pero tiene
relación con la capacidad de contemplar la propia experiencia en
distintos momentos y situaciones de la vida, dando cuenta de aquello que
se mantiene constante a lo largo de esas experiencias. En el polo de la
rigidez psicológica este proceso se manifiesta como el “yo-como-contenido”
(self as content), que se observa toda vez que nos definimos en función
de nuestros roles (“soy psicólogo”) o de las distintas historias que
nos han contado (y que nuestra mente nos sigue repitiendo con respecto a
nuestra identidad).
- Valores: Son
aquello que es IMPORTANTE para cada uno en esta vida. Se trata de todo
eso que resuena en nuestro interior como valioso; de las cualidades y
acciones que haría la persona que nos gustaría ser. No tiene nada que
ver con el concepto de “valores morales” o de esas reglas que nos dicen
“debes ser así”… En el extremo de la inflexibilidad tenemos la falta de claridad de los propios valores o la conformidad con valores impuestos de forma externa a lo largo de nuestra educación y entrenamiento social.
- Acción comprometida:
Son las conductas concretas, en el mundo real, que nos acercan a
nuestros valores. Si mi valor es ser un buen padre (amoroso, cuidadoso,
compasivo, generoso, paciente, etc.), entonces mis acciones
comprometidas son todas aquellas que actualizan este valor, es decir
aquellas conductas que ponen en juego dichas cualidades en mi
interacción con mis hijos. Al otro lado de esta dimensión tenemos la pasividad, la falta de persistencia o la insistencia en conductas poco efectivas.
Ahí está, esos son los procesos que hacen posible tanto la flexibilidad como la rigidez psicológica.
Entrenamiento vs tratamiento
Entonces,
desde el punto de vista de ACT y el modelo de flexibilidad psicológica,
si estás atravesando una depresión o un cuadro de ansiedad y
preocupación, o cualquier otro problema psicológico o emocional, y
decides realizar la Terapia de Aceptación y Compromiso, lo que
realizarías en terapia no sería un “tratamiento” para corregir una
supuesta “falla” o alteración cognitiva o de algún otro tipo. En cambio,
la propuesta sería, en primer lugar, una evaluación de estos procesos
para ver el grado de flexibilidad y rigidez que tienen, y en segundo
lugar, diseñar un plan de entrenamiento muy específico para desarrollar
aun más tus fortalezas y aumentar la flexibilidad en aquellos procesos
que se encuentren más rígidos.